La final del Mundial de Clubes parece ser un duelo totalmente disparejo: Inter de Milán, con su plantel repleto de estrellas, frente a un pequeño equipo africano compuesto mayormente por desconocidos de Congo.

"Es un buen equipo, físicamente fuerte y con dos o tres jugadores que pueden marcar la diferencia", comentó el técnico de Inter, el español Rafa Benítez. "Trabajan de principio a fin, así que será un partido difícil", afirmó.
Benítez se juega mucho en la final, ya que su equipo marcha séptimo en al Serie A y se las vio difícil en la fase de grupos de la UEFA Champions League, donde avanzó segundo y se topará con el Bayern Munich en octavos de final, en una reedición de la final de la campaña pasada.
La prensa italiana ha reportado que un revés el sábado podría costarle el puesto al español. El partido también es una oportunidad para vengar la derrota que Benítez, como técnico de Liverpool, sufrió en la final de 2005 frente al Sao Paulo.
Benítez asegura que no siente presión y sigue confiado a pesar de los problemas de su plantel. Sin embargo, parece reconocer la importancia del partido, especialmente después que el presidente del club Massimo Moratti dijo que el título es el único resultado aceptable.
"Es un honor y es un gran reto para nosotros", afirmó. "Esto es muy importante para nosotros, porque sería parte de la historia del club".
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